En una emotiva ceremonia, el Distrito XXIII de B’nai B’rith Internacional, que abarca el Norte de Latinoamérica y el Caribe, alzó su voz para conmemorar el 30 aniversario del trágico atentado al vuelo 901 de Alas Chiricanas. Este acto terrorista, ocurrido el 19 de julio de 1994, cobró la vida de 20 personas inocentes y dejó una profunda herida en la historia de Panamá.
A tragedia inolvidable
A las 5:20 de la tarde de ese fatídico martes, el avión que volaba entre Colón y Ciudad de Panamá se estrelló en pleno vuelo, sumiendo en el luto a decenas de familias en Panamá y otros países. Tras décadas de investigaciones y dolorosas hipótesis, en 2018 se confirmó que el grupo terrorista Hezbolá estaba detrás del ataque. Sin embargo, la justicia aún no alcanza a los responsables, dejando un reguero de impunidad y frustración.
Un grito de justicia
“Expresamos nuestro rechazo y decepción ante la absoluta impunidad de que gozan los autores de esta masacre”, afirmó enfáticamente B’nai B’rith Distrito XXIII. El ataque no sólo fue un golpe para Panamá, sino que envió un mensaje escalofriante al mundo, demostrando que los terroristas pueden atacar con impunidad.
Recordando a las víctimas
El vuelo 901 no solo transportaba pasajeros, sino también padres, hijos, sobrinos, abuelos, hermanos, tíos, primos, vecinos y amigos. Personas que amábamos y nos importaban, que nunca volvieron a casa. “Llevaba a alguien que conocíamos, alguien con nombre y apellido”, recordó con pesar District XXIII.
Conciencia viva y memoria permanente
El COMITÉ CONCIENCIA VIVA continúa su ardua labor para mantener viva la memoria de las personas inocentes que fueron asesinadas, trabajando para que las nuevas generaciones comprendan las terribles consecuencias del terrorismo, la violencia, la discriminación y la intolerancia. En este solemne aniversario se reitera la importancia de defender y promover la Libertad, la Democracia y los Derechos Humanos.
Un homenaje a los caídos
Hoy rendimos homenaje a quienes fueron separados injustamente de sus seres queridos. Hombres y mujeres que, aunque ya no estén físicamente presentes, siguen en el corazón y en la memoria de quienes los amaron. La lucha por la verdad y la justicia continúa, y el recuerdo de las víctimas del vuelo 901 sigue vivo en cada acto de recuerdo y resistencia contra el terrorismo.