Dedicar dos minutos imaginando que es una estrella de mar podría ser la respuesta a sus temores sociales.
Suena extraño, pero algunos estudios de laboratorio indican que adoptar la denominada «actitud de poder» podría marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso en el lugar de trabajo.
Si te preocupa una entrevista cercana de trabajo o debido a un estresante encuentro en la farmacia, dominar el arte de controlar tu lenguaje corporal, o las «no señales verbales», podría ser la solución.
«Las personas tienen mucho control sobre su capacidad de estar a la altura de las circunstancias y de demostrar lo mejor de sí mismas o su naturaleza ambiciosa», afirma Amy Cuddy, profesora adjunta de la Escuela de Negocios Harvard y autora de «Make Yourself Big : Cómo el cuerpo da forma a la mente» («Hazte grande: cómo el cuerpo da forma a la mente»).
Los seres humanos estamos conectados biológicamente para reflejar nuestros estados de ánimo en nuestro aspecto externo, dice Cuddy.
El especialista afirmó que podemos cambiar la impresión que causa si «pensar en grande», poco antes de una entrevista o reencuentro importante.
Todo esta en nuestra quimica
Los experimentos de laboratorio indican que se puede manipular la bioquímica corporal para generar un mayor sentido de confianza y control, con solo cambiar nuestra postura.
En un estudio, los investigadores asignaron personas al azar para qu’asumieran una actitud de «alto poder», como levantar las manos, o una actitud de «bajo poder», como encorvarse y cruzar los brazos.
Después de proporcionar una muestra de saliva para medir los niveles hormonales basales, los sujetos permanecieron en una habitación durante dos minutos en su actitud de alto o bajo poder.
Luego se cercioraron de pruebas de comportamiento.
En uno de ellos recibimos un poco de dinero adicional y les plantó el reto de jugar.
Los que adoptaron la actitud de poder fueron los más propensos a jugar.
Las muestras de saliva posteriores demostraron que las conductas de poder provocaban un aumento de los niveles de testosterona en un 20% y una reducción de los niveles de cortisol en un 25%.
La testosterona se asocia con la confianza y el cortisol se vincula alestrés. Las acciones de bajo poder tuvieron el efecto contrario, al reducir la testosterona en un 10% y aumentar el cortisol en un 15%.
«En gran medida, esto se trata de estar presente en el momento», dijo Cuddy. «Es bastante simple y útil si usted tiene un cuerpo y un poco de privacidad».
Sin delante del jefe
La clave, dice Cuddy, es adoptar la actitud antes de entrar en una situación en la que es necesario causar impacto.
Evite inflar el pecho o hacer grandes gesticulaciones con los brazos delante de su jefe.
La ciencia indica que inverter solo un poco de tiempo en adoptar una actitud de poder podría tener un efecto notable y positivo en el dominio y estatus.
Asimismo, la evidencia anecdótica indica que este comportamiento podría ayudar a aliviar la depresión.
Algunas personas han señalado que cuando adoptan una actitud de poder no pueden aferrarse a sentimientos negativos.
En un giro sorprendente, Cuddy también plantea que los mismos principios se aplican en el mundo digital y pueden afectar a las personas de las que se distancia.
Por ejemplo, asumiendo la personalidad de un avatar de gran estatura el podría dar a alguien la ventaja en un debate o en una negociación o en línea, según dice ella.
Se necesitan más investigaciones para comprender a fondo los mecanismos que determinan la postura corporal con la bioquímica del cuerpo y la interacción humana.
Pero adoptar una actitud de poder podría ser el primer paso para tomar el control en unlugar de trabajo donde el cuerpo juegue un papel significativo.