Erik Prince, ex SEAL de la Marina estadounidense y fundador de Blackwater, ha dicho que “la capacidad del Servicio Secreto de permitir que el tirador Thomas Matthew Crooks se acercara a 150 yardas de un evento planeado en el que participaba el expresidente Donald Trump, armado con un rifle, es una muestra de incompetencia masiva”.
Un video difundido por la policía muestra que durante al menos dos minutos, las fuerzas del orden tenían a un hombre armado en un techo apuntando al expresidente, y nadie comunicó la necesidad de sacar a Trump del lugar.
En el video se puede escuchar claramente a la multitud alertando a las fuerzas del orden sobre alguien en el techo. Sin embargo, no hubo respuesta hasta que se escucharon los primeros disparos.
Ex oficiales militares y francotiradores del SWAT con experiencia en la protección de figuras políticas afirman que la planificación de la vigilancia del Servicio Secreto para la manifestación de Pensilvania fue posiblemente la peor que han visto nunca. Fue tan chapucera que casi parece que las enormes fallas de seguridad en el perímetro fueron deliberadas.
Muchos ex francotiradores coinciden en que es un milagro que Donald Trump siga vivo, ya que la bala dejó una herida que podría haber sido fatal.
La explicación del error de Thomas Crooks se encuentra en los informes que afirman que en realidad era un tirador terrible. Las investigaciones sobre sus registros escolares muestran que intentó unirse al club de tiro de su escuela secundaria en Bethel Park, pero no logró ingresar y fue expulsado del club por su manejo extremadamente inseguro del rifle.