“Rodríguez abre con este libro un abanico de posibilidades para interpretar los productos de la comunicación desde nuevas formas de percepción y análisis. […]. Esta obra debe leerse”
La Feria Internacional del Libro siempre es una caja de sorpresas para la industria editorial del país. Nuevos títulos en diferentes géneros contribuyen a fortalecer la exigua oferta bibliográfica local, que, en estos días de fiesta, permite a una población darse cita para buscar novedades en contenidos y estilos. Por tanto, resulta imprescindible el lanzamiento de la colección de premios Miró en estas fechas.
Este año entre los cinco libros premiados en 2022 en el concurso de literatura nacional Ricardo Miró, sobresale en la sección de ensayos la obra de Héctor Rodríguez, El estanque de Narciso. Los Simpson y la poscultura. Se trata de un estudio sobre la importante serie de televisión estadounidense, coyuntura que se utiliza para analizar la situación de la televisión en el contexto de la cultura de esta época entre siglos.
El autor Rodríguez, profesor universitario, investiga y escribe sobre la comunicación y el quehacer periodístico. Aborda en estas páginas con mirada crítica este medio audiovisual. Afirma, por tanto, que la televisión ha surgido en una disyuntiva entre épocas, con cambios en los patrones de la humanidad, lo que pone a los habitantes del planeta en una nueva perspectiva histórica.
El libro está dividido en tres grandes áreas o capítulos, que en realidad son ensayos que desglosan el análisis central por partes. El primero es “Televisión, escuela y cultura mainstream”. El segundo, “Los Simpson y la poscultura”, que trata el análisis en sí de la serie televisiva y el último, “El estanque de Narciso”, que se refiere a algunos aportes específicos que permiten situar el problema expuesto y otras variantes.
En el inicio del contenido del escrito se dilucida una contradicción que sobresale y que se refiere a la manera como se enfrentan históricamente la cultura basada en la escritura y el gran cambio que produjo el surgimiento de la televisión, el que se constituye en otra forma de lenguaje. Para lograr esto, Rodríguez revisa una amplia bibliografía y se remonta al inicio de la retórica en los clásicos grecorromanos y también a los lingüistas de las últimas décadas.
Es necesario consultar desde los primeros vínculos psicológicos, así como a los sociólogos que en Estados Unidos tratan de explicar a través de la investigación los efectos de los medios de comunicación. No se deja de lado otras contribuciones que incluyen una comparación con la literatura de Cervantes para resaltar la antigüedad del pensamiento sobre los impactos de los medios en las audiencias.
La segunda parte del ensayo, dedicada a los “muñequitos amarillos” (la familia Simpson) y su papel en la cultura de los últimos decenios, se pregunta si son ellos “… la obra que mejor define la futilidad de nuestro tiempo…”. Sin embargo, también expone que “la serie procura y casi siempre lo logra, una crítica ácida sobre el “American way of life”, pero casi siempre va más allá…”.
El acercamiento a cada uno de los miembros del grupo es el gran aporte que hace este libro. Son personajes, que tanto en su perspectiva psicológica, como sociológica definen un patrón que expresa y representa la realidad durante los años de fin de siglo. Allí, ellos, de alguna manera, son el fiel reflejo de la decadencia de un modelo modernista (expresado en el texto escrito) y la apertura de una etapa: la “poscultura”, sustentada en la realidad audiovisual.
Pero la televisión no es en sí un destino en cuanto a la comunicación. Ella abrió todo un universo audiovisual que no se detiene solo en lo virtual, sino que continúa y pone de relieve hasta a la inteligencia artificial.
Rodríguez abre con este libro un abanico de posibilidades para interpretar los productos de la comunicación desde nuevas formas de percepción y análisis. Esto provoca grandes retos a la formación en el quehacer, así como también en la investigación. Esta obra debe leerse.
Periodista