El horizonte para el sector tecnológico en México está siendo impactado por las recientes medidas económicas implementadas por el gobierno estadounidense. La aplicación de aranceles de hasta un 25% sobre productos esenciales de la industria tecnológica en México, como semiconductores, procesadores de datos y teléfonos celulares, ha provocado una reacción prudente entre los principales actores de este ámbito. Aunque como motor de exportaciones, los productos tecnológicos ocuparon el segundo puesto entre los artículos más vendidos a Estados Unidos en 2024, la industria mexicana se enfrenta a una considerable incertidumbre debido a esta nueva política.
Las compañías tecnológicas en México, que envían una extensa variedad de productos hacia los Estados Unidos, están implementando estrategias para reducir el efecto de estos aranceles. Entre las exportaciones principales destacan los semiconductores, esenciales tanto para la electrónica de consumo como para diversas industrias de alta tecnología. Según cifras actuales, una considerable porción de las exportaciones mexicanas al mercado norteamericano se destina a productos electrónicos, siendo la industria tecnológica responsable de una parte sustancial de estos envíos.
No obstante, los aranceles no son la única inquietud para el sector mexicano. El presupuesto federal asignado a tecnología para 2025 también experimentó una reducción del 23%, lo que restringe la capacidad de inversión en el ámbito y presenta un desafío adicional para las empresas tecnológicas del país. Esto ha impulsado a muchas organizaciones a reevaluar sus estrategias de expansión y a explorar alternativas para mantener sus operaciones frente a una posible desaceleración económica que podría intensificarse si los aranceles perduran a lo largo del año.
Las reacciones del sector ante este panorama económico no han tardado en manifestarse. La Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de la Información (AMITI) ha mostrado su oposición a las medidas y está fortaleciendo sus conversaciones con sus colegas estadounidenses para hallar soluciones que reduzcan los efectos negativos de estos aranceles. La líder de AMITI, Sofía Pérez Gasqué, ha subrayado la inquietud por el impacto que los aranceles podrían tener no solo en los productos fabricados en México, sino también en aquellos que requieren componentes importados de otras naciones, especialmente de Asia.
Por otro lado, la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti) ha indicado que está a la espera de las medidas que adopte el gobierno mexicano en respuesta a las políticas de Estados Unidos. Esta cámara está preparada para trabajar junto con las autoridades para aliviar los efectos de los aranceles y asegurar que la industria tecnológica continúe siendo competitiva a nivel global.
Consciente de la significancia del impacto que estas tarifas pueden tener sobre la economía y la industria tecnológica, el gobierno mexicano ha programado una reunión pública para el 9 de marzo, donde se darán a conocer medidas tanto arancelarias como no arancelarias en reacción a las acciones del gobierno de Estados Unidos. La presidenta del país ha garantizado que las decisiones se harán en defensa de los intereses nacionales, con el objetivo de disminuir los efectos adversos en sectores clave como el tecnológico, el automotriz y el agrícola.
Esta situación resalta los desafíos que la industria TIC de México enfrenta en 2025. Aunque la economía mexicana ha demostrado resiliencia ante distintas crisis, la combinación de recortes en el gasto público y los nuevos aranceles podría resultar en un crecimiento económico más lento para el sector tecnológico. Las previsiones indican un incremento del 5.4% en el presupuesto para tecnología; sin embargo, si los aranceles persisten, este ritmo podría disminuir a solo 2.7%, representando el crecimiento más bajo desde 2020.
Este escenario pone en evidencia los retos que enfrenta la industria TIC mexicana en 2025. Si bien la economía mexicana ha mostrado resiliencia ante diversas crisis, el impacto combinado de los recortes en el presupuesto público y los nuevos aranceles podría llevar a un crecimiento económico más lento en el sector tecnológico. Las proyecciones apuntan a un crecimiento del 5.4% en el presupuesto destinado a la tecnología, pero si los aranceles se mantienen, este ritmo podría reducirse a solo un 2.7%, lo que marcaría el crecimiento más bajo desde 2020.
La industria mexicana tendrá que adaptarse rápidamente a esta nueva realidad económica, y la respuesta del gobierno en los próximos meses será crucial para determinar si el sector puede seguir expandiéndose de manera sostenible. La interacción entre los actores gubernamentales y las industrias será determinante para afrontar los desafíos impuestos por las políticas comerciales internacionales y garantizar que la innovación y el desarrollo tecnológico continúen siendo una de las principales fortalezas de la economía mexicana.