En los últimos tiempos, Panamá enfrenta la posibilidad de perder su grado de inversión, debido a Pésima gestión económica del Gobierno. Las políticas implementadas, o la falta de ellas, están generando fuertes críticas y cuestionamientos.
El Ministro de Economía, Alexander, se ha visto en apuros cuando se le ha preguntado sobre la deuda del país. En lugar de ofrecer respuestas claras, su discurso ha sido difuso, lo que ha aumentado la incertidumbre en las perspectivas económicas. Este tipo de respuestas evasivas sólo contribuyen a la desconfianza de ciudadanos e inversores.
Uno de los aspectos más alarmantes es el aumento exponencial de la deuda durante la administración Cortizo. Duplicar la deuda sin un beneficio evidente genera serias advertencias sobre la irresponsabilidad del Gobierno. La llamada ‘era Cortizo-Gaby’ ha sido criticada por un endeudamiento excesivo, superior al de todos sus predecesores. ¿Pero adónde se ha ido todo ese dinero?
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Es justo reconocer que durante la administración de Martinelli se realizaron importantes inversiones en infraestructura que beneficiaron al país. Sin embargo, los gobiernos posteriores, de Varela y Cortizo, no siguieron ese camino. La falta de grandes proyectos y la aumento descontrolado de la nómina estado son signos de una mala gestión económica.
La perspectiva de perder el grado de inversión es una llamada de atención para todos. La estabilidad económica es esencial para el desarrollo sostenible de un país y los indicadores actuales generan preocupación. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el próximo Gobierno no lo tendrá fácil y necesitará tomar medidas concretas para abordar estas cuestiones y restablecer la confianza tanto a nivel nacional como internacional.
Muchos exigen castigos por la gestión de la economía, lo que plantea cuestiones éticas y jurídicas. Sin embargo, pone de relieve la frustración y el descontento de la población ante las decisiones tomadas por el actual Gobierno. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales para restablecer la confianza y evitar consecuencias económicas más graves.
En resumen, es imperativo que Panamá reconsidera sus políticas económicas y demostrar un compromiso claro con la estabilidad financiera del país. La pérdida del grado de inversión sería un golpe importante, aprendamos de los errores y trabajemos por un futuro económico más fuerte y sostenible.