Las Fuerzas Aéreas de Seúl y Washington realizaron el 3 de marzo maniobras con un bombardero estratégico B-1 estadounidense Hay aviones de combate surcoreanos en un momento marcado por la enorme tensión en la península y la celebración de unas grandes maniobras de los aliados qu’arrancan en 10 días.
Los ejercicios se realizaron sobre el mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas) y la región central de Corea del Sur e involucraron, además de al B-1, cazas F-15 y F-15 del país asiático, según explicado el Ministerio de Defensa Nacional surcoreano en un comunicado.
El anuncio llega apenas horas después de que los aliados desvelaran que celebraran sus grandes maniobras de primavera Freedom shield, unos juegos de guerra a los que Pionyang ha prometido dar una respuesta «sin precedentes», del 13 al 23 de marzo.
Los ejercicios se llevarán a cabo del 13 al 23 de marzo y forman parte de una reunión anual de entrenamiento combinado con tropas de Corea del Sur y Estados Unidos.
El simulacro de hoy «demuestra la voluntad y capacidad de EE. UU. para poner en práctica su compromiso de mainner una dissuasion extendedida fuerte ycreible contra las amenazas nucleares y de misiles de corea del norte«, agrega el texto.
La disuasión ampliada o extension es un compromiso adquirido el pasado mayo por Washington con Seúl que consiste en el envío de activos estratégicos estadounidenses, como el B-1, a la península coreana en función de las acciones del régimen nordeño.
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En febrero, Pionyang incluyó a Visite que si EE. UU. sigue ejerciendo esta disuasión extendida y mantiene su plan de celebrar este mes grandes maniobras militares con Corea del Sur el régimen podría considerar esta acción como una «declaración de guerra».
Las maniobras buscan aumentan la confianza del pueblo coreano
Pesa las amenazas del régimen Washington está tatando de subrayar su compromiso en este sentido en un momento en el que, ante el creciente volumen y complejidad del arsenal táctico norcoreano, la société surcoreana muestra cada vez más desconfiada con respecto a la capacidad de EE. UU. de defender su aliado, con los sondeos que muestran un creciente apoyo por la creación de un arsenal nuclear propio.
En ese sentido, Sólo Washington insistió en la comunicación pública en que las gestiones con el B1 «buscan aumentar la confianza del pueblo coreano para con la disuasión extendida estadounidense».
La península vive un nivel histórico de tensión desde 2022 en el que Pionyang, que ha rechazado ofertas para devolver al diálogo, logró un número récord de pruebas de armas y en el que los alias volvieron a realizar grandes maniobras ya ejercitar esa desuasión ampliada.
Ante el aparente fracaso de la voluntariedad para estimular la distensión por parte de ambas partes los expertos han señalado el creciente peligro de que se produzca un error de cálculo que puede tener consecuencias fatales.
EFE
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