El terremoto, de magnitud 6.8, sacudió la región septentrional marroquí de Marrakech, y se produjo a las 11:11 p.m. hora local
Por lo menos 820 personas murieron y otras 672 resultaron heridas en diferentes localidades marroquíes a causa del terremoto de magnitud 6.8 ocurrido en la noche de este viernes 8 de septiembre y con epicentro a 71 kilómetros al suroeste de Marrakech.
Histórico barrio
La turística ciudad de Marrakech se despertó este sábado 9 de septiembre en estado de shock tras el violento sismo que sacudió Marruecos en la noche de este viernes 8 de septiembre y que dejó importantes daños estructurales.
Las estrechas callejuelas del Mellah, histórico barrio judío de la medina, quedaron repletas de escombros, los edificios viejos se derrumbaron y los tejados de madera se rompieron.
«Es como si nos hubiera caído una bomba», relató consternada a AFP Hafida Sahraouia.
«Estábamos haciendo la cena cuando oímos una especie de explosión. Entré en pánico y salí rápidamente con mis hijos. Desgraciadamente nuestra casa se derrumbó», relató la mujer de 50 años, que buscó refugió con su familia en una gran plaza de su barrio.
«No sabemos por dónde empezar. Lo hemos perdido todo», se lamentó.
La casa de Mbarka El Ghabar, vecina de Sahraouia, también fue «destruida» por el sismo.
«Estábamos durmiendo cuando ocurrió el terremoto, una parte del techo cayó y nos quedamos bloqueados en el interior, pero mi marido y yo conseguimos escapar», explicó y afirmó que «pasó una noche de pesadilla».
‘Morir sola’
Mbarka y Hafida no perdieron a ningún miembro de su familia, una suerte que desgraciadamente no pudo compartir Fatiha Aboualchouak, cuyo sobrino de cuatro años falleció.
La treintañera, que caminaba cojeando como en un trance, no tiene «fuerza para hablar», admitió con voz débil.
Según los medios de comunicación marroquíes, se trata del sismo más potente sufrido por el reino.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) informó que el movimiento telúrico fue de magnitud de 6.8 y se produjo a una profundidad de 18.5 kilómetros, con epicentro 71 kilómetros al suroeste de Marrakech, un popular destino de turistas extranjeros.
En la ciudad ocre, donde se registró un balance provisional de 13 muertos, cientos de turistas y residentes de los barrios vecinos se refugiaron en la famosa plaza Yamaa el Fna.
Muchos durmieron en el suelo, a veces sin cobijas.
Otros no consiguieron pegar ojo, como Ghannou Najem, octogenaria que llegó desde Casablanca a Marrakech unas horas antes del temblor.
«Vine para visitar la ciudad con mi hija y mi nieta. Por la noche ellas salieron y yo me quedé en el hotel. Iba a dormir cuando escuché portazos y el ruido de las contraventanas. Salí aterrada, creí que iba a morir sola», afirmó.