viernes, mayo 3

Suman un tema nuevo al debate presidencial previo al balotaje: a quién beneficia

Los candidatos que ganaron la primera vuelta en las elecciones del 22 de octubre, Sergio Massa y Javier Milei, parecen haber tomado nota del olvido de un tema clave y delicado, que quedó en evidencia en los dos primeros debates. Causó sorpresa que en los primeros comicios presidenciales post pandemia la salud pública quedara fuera de la agenda.

Dicho olvido no sólo fue llamativo tras el trauma sanitario vivido y la sensibilidad que provocó su gestión, sino también por un presente en el que la crisis del sistema de salud se palpa de manera cotidiana. Ahora, los equipos de campaña de ambos referentes políticos se han puesto de acuerdo para incluir la salud en la discusión de este domingo en la Facultad de Derecho de la UBA.

¿Por qué antes no y ahora sí? Según pudo reconstruir Clarín, fueron los equipos de campaña los que finalmente se pusieron de acuerdo y aceptaron hablar sobre salud. En los dos primeros debates efectivamente no habían privilegiado la cuestión y su eventual incorporación quedó librada al voto de la participación ciudadana, cuya elección se limitaba a dos temas de todo el menú disponible.

El voto popular no favoreció a la salud: quedó en el tercer lugar de las preferencias y, por lo tanto, descartado como uno de los ejes. La diferencia es que ahora, para la organización del debate previo al balotaje, no hubo participación ciudadana (“por una cuestión de tiempos”, argumentaron los organizadores) y los candidatos parecen haber reparado finalmente en la relevancia de que la salud estuviese incluida en la conversación.

Los temas para los dos primeros debates presidenciales habían sido economía, educación, seguridad, producción, trabajo, derechos humanos y protección del ambiente (los últimos dos elegidos por el público). La diferencia con el debate del balotaje es que quedó afuera el tema ambiental e ingresó salud, además del tópico relaciones con el mundo.

Milei y Massa en el primer debate presidencial del 8 de octubre, en Santiago del Estero. Foto: EFE

¿A quién beneficia que la salud esté en el debate? Todo dependerá de la yaga en la que los candidatos pongan el dedo. El abanico de temas es amplio y puede ir desde las cuestiones que provocaron mayor polémica durante la pandemia (vacunatorio vip, manejo de la cuarentena, compra de vacunas) al diagnóstico actual de un sistema que sangra entre copagos y falta de insumos médicos.

Desde la trinchera de Massa, pese a saber que existen flancos propios vulnerables, apuestan a poner en valor el acceso a la salud pública, en contraposición a las ideas que trae en su plataforma Milei. La propuesta más disruptiva del libertario es la eliminación del Ministerio de Salud (aunque tiene un antecedente en el gobierno de Mauricio Macri), para incluirlo en un gran Ministerio de Capital Humano del que también dependería Educación.

Las iniciativas de Milei en salud ponen el foco en la optimización de recursos en función de que el Estado tenga un rol menos protagónico en la ecuación sanitaria. Uno de los puntos de la plataforma es «la creación de un seguro universal de salud, proporcional a la capacidad de pago del receptor del servicio». También busca «promover leyes que permitan al médico y al paciente pactar los honorarios a pagar».

Cruce entre Massa y Milei

En las últimas horas, un cruce entre ambos candidatos en las redes sociales calentó el ambiente en torno a los criterios sostenidos para administrar la salud de la población. Massa posteó un video en el que Milei afirma que «el mejor sistema de salud es el privado». Milei lo acusó de editar las imágenes y se defendió con otro video en el que dice que «abandonar la asistencia social es un crimen».

Cuando se vean las caras en la UBA, Massa seguramente tendrá el desafío de explicar, entre otros puntos clave, cuál es su plan para que los médicos no sigan abandonando el país o bajándose de las cartillas de obras sociales y prepagas para volcarse a trabajar de manera particular. También, el modo en que se buscaría resolver el problema de los medicamentos de muy alto costo, cuya cobertura implica hoy un pleito tras otro en la Justicia.

De alguna manera, la falta de corrección oficial de algunos de estos problemas en el último tiempo ha redundado en que el mercado, en parte, terminara haciéndose cargo de un ajuste mediante prácticas distorsivas que provocan déficits de hecho. Y socavan supuestos derechos que -indica el relato- debería gozar la población.

Las evidentes diferencias entre uno y otro modelo sanitario -que obviamente no escapan al paradigma esgrimido por Massa y Milei en otros rubros- tienen algo en común: ambos hablan de métodos y horizontes. La gran incógnita para el votante -y tal vez el debate aporte alguna respuesta- es cuáles son los métodos más adecuados para intentar avanzar hacia el horizonte deseado.