jueves, mayo 2

Alto, lleguemos a un acuerdo

“Aprovechemos esta coyuntura histórica, haciendo un alto y entendámonos”

El Gobierno nacional debe replantearse una nueva estrategia encaminada a lograr un acuerdo nacional, acerca de la explotación minera, necesariamente debe ser tomada en cuenta la participación de las comunidades ubicadas dentro del área de captación de la mina, y los sectores de profesionales que conocen de explotación minera. Se hace necesario garantizar la paz social del país, promoviendo una gran alianza nacional ante la explotación de los recursos naturales.

Una experiencia histórica, que no debe ser objeto de desconocimiento ni de indiferencia, es la que vivió este país con la caída de la Reforma Educativa, el proyecto social más importante en la historia de la Educación Nacional. La falta de información de la población y de todo el sector magisterial de ese gran proyecto nacional, fueron el caldo de cultivo, para que la ultraderecha y la oligarquía le asestaran un duro golpe con el consiguiente atraso de nuestra educación nacional. La historia no es un juego de abstracciones y doctrinas, sino un escenario de mujeres y hombres en constante intercambio y negociación social.

Al Gobierno de Laurentino Cortizo, se le ha presentado una vez más la oportunidad de lograr un acuerdo nacional, mediante la concertación social. La concertación social es una práctica de política social y económica que ha sido adoptada en diversos países para afrontar importantes problemas de la más diversa índole, desde las dificultades derivadas de una depresión económica, hasta la forma de enfrentar las consecuencias de una situación de bonanza.

Ella persigue que los actores sociales, en lugar de mantener actitudes de confrontación, logren ciertas áreas de consenso que suponen obtener, a mediano y a largo plazo, resultados ventajosos para ambas partes y para la sociedad en general.

El debate debe ser una práctica negociable cuyo objeto abarca aspectos políticos, económicos, jurídicos, sociales, fiscales, laborales, etc.; que la hacen una figura totalmente distinta de otras similares, como la cooperación tripartita, diálogo social, negociación colectiva, pactos sociales, neocontractualismo, etc.

El gran requisito de la concertación social es la existencia de ciertas circunstancias especiales que induzcan a las partes sociales, amenazadas por dificultades que son comunes a ambas, a llegar a un acuerdo que les permita, por encima de sus intereses específicos y contradictorios, adoptar conductas de consenso destinadas a superar tales dificultades, optando por un nuevo sistema donde impere el libre juego de sus fuerzas antagónicas.

Es notorio que en los países vecinos, donde la concertación ha obtenido logros más destacados, ésta se ha apoyado en un entendimiento básico entre importantes sectores de la política de cada país, aquí ya lo demostró el general Omar Torrijos Herrera.

En nuestro país Panamá existe un vacío, pues la desinformación sobre la situación económica y social, de las dificultades presentes y previsibles y de las fórmulas posibles para superarlas, constituyen un obstáculo para que los sectores sociales se comprometan realmente en un proceso eficiente de concertación.

La actual situación que deberá resolverse mediante un diálogo y acuerdo nacional, deberá arrojar un cambio estructural que permita un desarrollo más pleno e inclusivo, el cual va más allá de los marcos tributarios y regímenes fiscales de la concesión que regirá la explotación minera. Debemos entender que la gobernanza de los recursos naturales debe ser un elemento clave en la agenda de desarrollo de nuestro Gobierno nacional y de los que vendrán.

Creemos en una estrategia y política de Estado de largo plazo, para asegurar que los sectores extractivos, contribuyan al logro de las metas de desarrollo pleno, con sostenibilidad, diversificación productiva, cambio estructural e inclusión social. Como ha planteado la Cepal, “la orientación del desarrollo en la región debe considerar a la igualdad en el horizonte, al cambio estructural como el camino y la política como el instrumento. Se requiere de un diálogo nacional para construir un Panamá con un futuro sostenible. Aprovechemos esta coyuntura histórica, haciendo un alto y entendámonos.

Docente