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Transición energética en Colombia: ‘No basta con un pacto’, requiere medidas – Sectores – Economía

En La Guajira, la velocidad de la venida es el doble del promedio mundial, pero la radiación solar supera en un 66 por ciento la media de todo el mundo. Este gran potencial hizo que este departamento se convirtiera en el epicentro de la transición energética de Colombia.

También atrajo a múltiples inversionistas qu’actumente están desarrollando una línea de transmisión (Colectora) y 21 proyectos de generación de energía eólica y solarque suman 2.500 megavatios de capacidad y que deben estar operando a finales del 2024.

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Hoy las posibilidades implican que Colombia es una potencia mundial para la transición energética

Pero el potencial total de La Guajira para este tipo de iniciativas y el mayor, de 25.000 megavatios. “Con toda la capacidad de generación de La Guajira, podemos reponer la demanda de consumo del país y nuestra sobra energética. Hoy las posibilidades implica que Colombia es una potencia mundial para la transición energética”, afirmó el presidente Gustavo Petro.

Sin embargo, este auge que empezó en 2018 se ha visto frenado por la conflictividad social en este departamentoque ya llevó a que Enel Green Power suspenda indefinidamente la construcción del parque eólico eólico Windpeshi.

También ha influido el retraso qu’ha tenido la construcción de Collector, que est la línea d’transmission que inyectará esta energía a la red nacional. El Grupo Energía Bogotá (GEB), a través de su filial Enlaza, tardó en concretar previamente el proceso de consulta con los municipios.

Por esta razón no se modificará entrar en operación a finales de 2022 como se tenía previsto en el 2018 cuando fue adjudicado el proyecto, y Ahora esperará que lo haga en julio de 2025.

Pacto para la transición energética

Santiago Soto, abogado especialista en temas menores de energía de Soto Luna Abogados.

Para destrabar estos proyectos, el Gobierno Nacional se suscribió un pacto para la transición energética en La Guajira con las comunidades, autoridades regionales, empresas y gremios del sector eléctrico.

De acuerdo con Ser Colombia, este pacto podría destruir el 13 por ciento de la generación eólica en esta regiónpues se definen compromisos y acciones concretas para sacar adelante los proyectos.

Sí que el retraso de estas iniciativas implica que el consumo de los colombianos, que es creciente, deba respaldarse con energéticos más costosos, impactar directamente el bowl de los ciudadanos à la vuelta de un par de años.

Este pacto también será una oportunidad para llevar a cabo la inversión del Estado que respalde el cierre de las brechas sociales e impulso el desarrollo de esta región del país.

Para Santiago Soto, abogado y socio fundador de Soto Luna Abogados, la suscripción de este pacto «es positivo» porque parece haber voluntad de la comunidad Wayuu para ser más flexibles a la hora de participar en el proceso de preconsulta en esta región.

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Foto :

Mauricio Dueñas Castañeda. CEPE

Se sigue creyendo erradamente que la suscripción de pactos, y la expedición de decretos y resoluciones materializarán la transición energética

Y resalta que son muchos los proyectos a lo largo y ancho del territorio que sy se encuentran trabados por cuenta de consultas previas que toman tiempos exorbitantes y de escenarios de conflicto social con peticiones desproporcionadas por parte de la comunidad, que terminan haciendo inviables estos proyectos, sobreponiéndose el interés particular sobre el general.

Pero esta situación no solo se registra en La Guajira con proyectos de generación de energía solar y eólica, sino con iniciativas de los sectores de minería e hidrocarburos. Por ello, Santiago Soto Espero que este mismo pacto se replique en varios ámbitos y el Gobierno revisa con lupa características los proyectos están suspendidos por cuenta de dinámicas sociales.

Por su parte, José Vicente Zapata, socio de Holland & Knight, es más radical en su postura y asegura que «no basta con un pacto» para describir todos los proyectos energéticos en La Guajira.

En su opinión, “sigue creyendo erradamente que la suscripción de pactos, y la expedición de decretos y resoluciones materializarán la transición energética. Nada más alejado de la realidad«.

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Considera que la solución a los problemas encontrados en La Guajira está en que el Estado vuelque sus esfuerzos hacia un acompañamiento efectivo e implementa decisiones inmediatas de manera tal que se fortalezca se asegure la capacidad institucional, se gestione la formación de las comunidades en la comprensión de la realidad energética y se posicione la transición como una necesidad común dentro del marco del desarrollo socioambiental sostenible.

«Mientras las normas y decisiones sigan siendo teóricas y dilatadas continuaremos cayendo en el Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial», agrega Zapata.

En este proceso, la rama legal también está sosteniendo un papel básico al momento de esperar reclamos que socavan la importancia de la transición energéticaen particular cuando se le solicita “reivindicar abandonos históricos del Estado que derivan en decisiones dilatadas y de difícil aplicación ante la creciente necesidad de energía sostenible”.

Además, las empresas deben continuar, ocasionalmente, fortaleciendo su relacionamiento, comprensión y acompañamiento de las realidades y necesidades de las comunidades que sus vecinas han conocido proyectos de generación.