sábado, mayo 18

“La literatura no es para bajar la línea”

El escritor Claudia Piñeiro Esta tarde presentó su libro. escribe un silencio (Alfaguara) en el espacio cultural Clarín a través de un diálogo con la crítica y editora Alejandra Rodríguez Ballester. El texto, que reúne por primera vez ensayos, notas y discursosreconstruir intereses diversos del autor de Tuyo y las catedrales, que lleva años observando de cerca no sólo la literatura sino también la política y las tensiones sociales. “Son temas que están en muchas de mis novelas anteriores”, recordó en la Feria del Libro.

De hecho, aunque las catedrales En concreto, abordará la cuestión de abortoEsta no fue la primera mirada de Piñeiro al tema, ni tampoco su participación activa en los debates durante el tratamiento de la ley de interrupción voluntaria del embarazo: “En elena lo sabe está la cuestión del aborto; en Tuyo, también. Y en las viudas del jueves aparece violencia de género. Son problemas que aparecen en toda mi literatura porque son temas que me interesan y si me interesan es porque lo que «Me interesa el lugar de la mujer en la sociedad».señaló.

Pasillos completos

Antes, un auditorio lleno, en una publico aluvial que dejó llenos los salones de la Feria, Piñeiro recordó que los textos que forman parte de escribe un silencio fueron en todos los casos escrito “a pedido”. Se refería así a artículos para revistas, presentaciones para congresos o discursos en ferias y exposiciones.

Claudia Piñeiro fue entrevistada por Alejandra Rodríguez Ballester en el espacio cultural Clarín.

“El primero, que da título al libro, por ejemplo, fue escrito para una sección de la revista La mujer de mi vida, que se llamó “Te cuento mi terapia”. En él recuerdo que por un tiempo fui al terapeuta pero me quedé en silencio hasta que comencé a llevarle textos escritos que le leí durante la sesión”, recordó.

El autor, que ganó el Premio Clarín de Novela en 2005, aseguró que recién a sus 30 años y aunque llevaba décadas escribiendo, sentía que, si se esforzaba, podía construir un camino en ese sentido. De hecho, cada uno de los artículos que forman parte de este volumen fue revisado y mejoradoahora sin las prisas de su primer escrito urgente y bajo demanda: “Me tomé el tiempo para darles una segunda mirada, ahora, con tiempo para corregirlos”, indicó.

Durante el diálogo, Piñeiro recordó con distintas anécdotas a sus tres grandes maestros. A María Inés Andrés, guionista histórico de clásicos de la televisión del siglo pasado como Una luz en la ciudad (1971), el club del clan (1962) o esta mujer es mia (1971), de quien aprendió esa disciplina y que le abrió las puertas a ese género pese a que la escritora se había convertido en madre unas semanas antes.

“Le pidieron guionistas y ella me recomendó. Cuando le objeté que tenía un bebé recién nacido me dijo que eso se lo debía explicar al productor y que él se encargaría de solucionarlo. Y lo resolvió eficazmente. A veces tenemos que darnos permiso primero”, dijo y reforzó: “Fue una gran lección porque Algunos límites podemos romper pero no nos atrevemos.”.

En su tarea como dramaturgotiene una extensa labor en el teatro, recordó Mauricio Kartún, quien la invitó a poblar una escena decisiva en su obra el mismo árbol verde con una muestra de la propia sensorialidad. La obra refleja la vida de Dora y Silvia, madre e hija, en una noche de insomnio, en la que regresan el genocidio armenio y el de la dictadura argentina. «Porque Hay violencias de Estado que se repiten aunque cambien los nombres«, señaló.

Finalmente agradeció Guillermo Saccomano que, cuando estaba escribiendo las viudas del juevessugirió que simplemente leyera En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust para asegurar que la novela no se arrojara detrás del final al misterio y olvidara la dimensión de la vida cotidiana que sustenta la trama.

Clasificaciones extranjeras

Precisamente sobre este género, Piñeiro recordó que “las clasificaciones las hacen otros” y consideró que en sus libros “está el elemento policial, pero También hay otros aspectos también muy decisivo”.

Claudia Piñeiro fue entrevistada por Alejandra Rodríguez Ballester en el espacio cultural Clarín.

«Yo diría que son novelas sociales porque para contar una sociedad también hay que contar sus crímenes”, explicó, pero matizó que cuando descartó panfletar: “La literatura no es para bajar la línea. No es su papel transmitir ideas políticas. Una novela debe contar una historia y reflexionar sobre el lenguaje. Es cierto que, mientras esto sucede, es probable que se atiendan cuestiones o problemas que estamos viviendo. Pero hay que tener cuidado de no bajar la línea”, advirtió.

–Este parece ser un momento donde el discurso sexista y violento vuelve a estar autorizado. Como lidiar con esto? preguntó Alejandra Rodríguez Ballester.

–Yo diría que todavía no sabemos cómo lidiar con eso. Un dibujo diseñado con inteligencia artificial llega más rápido que un argumento. Las reglas han cambiado y hay que entender ese cambio para aprender a comunicarse de otra manera. Respecto a esas frases o consignas violentas o crueles que circulan, me preocupa más la falta de reacción de la sociedad que lo que se dice en sí. A mucha gente no le parece importante y así es como Se está gestando una situación muy preocupante.